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La casualidad ha querido que en una de esas limpiezas navideñas tan comunes, en las que una va quitando cosas para hacer sitio a otras por venir, Inés encontrara un dvd muy viejo (tanto como diez años) que ponía por fuera “Teatro Ernesto y Nacho”. Lo pusimos sin saber bien qué tendría dentro y nos encontramos a un ángel Nachito de cuatro años, y a un Ratoncito Pérez Ernesto de seis. Y con ellos a gran parte de sus compañeros y amigos actuales, los mismos adolescentes de hoy pero en pequeñito, disfrazados de gatos, brujas, reyes magos, princesas, lavanderas y todo lo que la imaginación de Alicia Ramos llevara caminito de Belén. Lloramos de emoción y de risa con las actuaciones de aquellos pequeños artistas, y coincidimos en que durante muchos años no parecía navidad hasta que tenía lugar la función navideña de Teatro Infantil. Ernesto, por ejemplo, lo recordaba como el no va más, aquello de subir al escenario a repetir sus frases (y todo lo divertido del trabajo previo), Nacho seguía muerto de risa las equivocaciones sobre el escenario de aquellos niños de cuatro años que ahora tienen catorce (y con los que justamente venía de aburrirse en la calle, única posibilidad que este municipio muerto ofrece a sus adolescentes). Y yo me preguntaba en qué momento se rompió todo, cuando empezó todo a ir a peor, por qué Inés no ha disfrutado de ninguna actividad que ofrezca no nuestro AMPA, sino nuestro Ayuntamiento.
Me dormí dándole vueltas a la idea, y pensando en escribir algo sobre esta cuestión para ANDO, abrí el ordenador… para encontrarme con este magnífico artículo de Maite Sagaseta. Su hijo también disfrutó de el teatro infantil y juntas preparamos actuaciones y disfraces; algo que las actuales madres y padres de niños pequeños de Santa Brígida no conocerán.
No puedo añadir nada al impecable estilo de Maite, más allá de secundar sus palabras y esperar que estemos llegando al límite de nuestra tolerancia hacia la corporación municipal, heredera y responsable actual de la dejación en política cultural (y social y económica y…) Que la desidia de estos gobernantes les pase factura en la cercana cita electoral. No creo posible que voluntariamente sigamos entregando la administración de nuestra casa a administradores incompetentes.
Luisa Toledo.