Amigos del Barranco


Nuestro pueblo es campo, un enorme parque, surcado de barrancos. En nuestro barranco de El Colegio, hay palmeras, acebuches, dragos, bicácaros si buscas bien, aves y a lo largo del camino, personas de bien que cultivan vides y papas y tomates. Más abajo, personas que pastorean. Son guardianes de un reducto de paz, salud y sabiduría, de una vida que ya no es. Sí, nos hemos olvidado de respirar.
Igual que las grandes ciudades dan la espalda al mar, confiamos que Santa Brígida no le dé la espalda a sus barrancos. Sin barrancos, los únicos caminos que quedarán serán los de asfalto y humo; sin barrancos ya no habrá naturaleza en la que refugiarse cuando las pandemias lleguen (y ya han llegado); sin ellos no existirá el algarrobo bajo el que generaciones de satauteños y satauteñas han crecido. Definitivamente no debemos olvidarnos de respirar.
Estos tiempos de COVID 19 nos están enseñando que o aprendemos a relacionarnos adecuadamente con nuestro medio natural o en poco tiempo recibiremos una factura que no podremos pagar. Proyectos como el Circuito Circular son la respuesta transversal a lo problemas que ya no podemos ignorar por más tiempo.
Estamos seguros que quieres ser parte de la solución y que sigues pensando que uno solo no puede hacer nada, pero te equivocas. Experiencias en todo el planeta demuestran que la implicación de la ciudadanía es parte de la solución, si en Bombay limpiaron una playa en Santa Brígida podemos hacer de nuestros barrancos el lugar de salud, comunicación y convivencia que deben ser, para vecinos y visitantes. Y esta labor no sólo está en manos de las instituciones, también dependen de nuestra implicación, de los individuos.
Y tú ¿te has olvidado de respirar?

 

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