Otra Mirada
Carlos Velázquez. Ando Sataute
La Villa de Santa Brígida ha sido el primer municipio canario en contar con un Catálogo de Árboles Singulares. Este documento, que vio la luz por una Ordenanza Municipal el 28 de abril de 2008 pretende declarar, describir, y por último gestionar y proteger aquellos árboles que se diferencien por alguna característica específica (edad, forma, especie, tamaño…). El actual Catálogo se compone de 7 árboles, que se irán presentando en sucesivas fichas.
EL DRAGO DE BARRANCO ALONSO
Foto de Alejandro Melián
La Villa de Santa Brígida se caracteriza por albergar una importante cantidad de dragos centenarios de considerables dimensiones y de singular belleza. Sin duda el más famoso, no solo en el municipio, sino en toda Gran Canaria es el drago de Barranco Alonso o de Pino Santo, como también se le conoce.
Se trata sin duda de un ejemplar silvestre, no cultivado, porque su potente tronco, de 1,5 metros de diámetro, sale directamente del risco a 3,5 metros por debajo del borde superior del cantil. Tiene unas dimensiones considerables, una altura de casi 17 metros y un diámetro de copa de 13 metros (¡!).
Este drago presenta actualmente una gran vitalidad, lo que le augura todavía muchos años de existencia.
¿Qué edad alcanzan los dragos?
Todos sabemos, que los árboles al crecer van formando anillos concéntricos en el tronco, cuyo número suele coincidir con los años de vida, pues el anillo se comienza a formar en primavera y concluye su desarrollo a final del verano, marcando una línea claramente reconocible con el anillo anterior.
El problema que tenemos con el drago es que no es un árbol, sino una mata gigante. El drago está más emparentado con las pitas, las yuccas y las hierbas, que con los árboles. De hecho su tronco no está formado por madera, sino de una masa esponjosa, que no llega a formar anillos claros.
La edad de los dragos se calcula por las ramificaciones que presenta. Se relata seguidamente la forma en que se descubrió el ritmo de crecimiento de los dragos, por ser un hecho curioso:
A mediados de los años 20 del pasado siglo un botánico alemán estudió la fisionomía de una serie de dragos en la isla de Tenerife. Entre los datos que recogió de cada ejemplar figuraba el número de ramificaciones que presentaban los dragos en cada rama. Cabe indicar, que por regla general, los dragos se ramifican cada vez que florecen. Cuando ya son ejemplares maduros no se ramifican, pero alteran el crecimiento tras cada floración, por lo que éstas son claramente reconocibles.
Pues bien, casi cincuenta años más tarde, en 1975, otro botánico alemán revisó el estado de los dragos, que su predecesor había estudiado. Pudo comprobar, que por regla general, los dragos presentaban floraciones en una misma rama cada 15 años. Esta cadencia ha sido constatada posteriormente en dragos cultivados. Por tanto, si multiplicamos el número de ramificaciones/floraciones por el factor 15, obtendremos la edad del drago, como muestra la imagen anexa.
En concreto el drago del Barranco Alonso presenta actualmente un total de 15 ramificaciones, por lo que se le calcula una edad de 225 a 235 años.
Lo que sí es obvio, es que los dragos, si bien son seres longevos, no alcanzan las edades milenarias que hasta hace poco se les presuponían.
Los dragos en la mitología y en la cultura popular
Los dragos han estado acompañados siempre de una aureola de misterio. La palabra drago procede del griego drakaina y tiene su correspondencia en el latín draco, que significa dragón. Por el color y la textura de su corteza, por el aspecto sanguíneo de su savia y por las ramificaciones, que emulan a mil cabezas, esta interesante especie ha sido comparada con un dragón.
Para los aborígenes, este árbol tenía propiedades mágicas. En la Antigua Roma y en la Edad Media era considerado un árbol mágico, existiendo fábulas que los relacionan con dragones fantásticos y con los mitos de la Atlántida, los Campos Elíseos, el Jardín de las Hespérides, las Afortunadas, etc.
Se cree que los antiguos canarios ya comerciaban con la sangre de drago, que tiene propiedades medicinales. En la medicina popular su sangre (savia) una vez seca y machacada ha sido empleada para curar úlceras y hemorragias y para el tratamiento de inflamaciones de encías y limpieza de los dientes.
La situación de los dragos en Gran Canaria
En Gran Canaria conviven dos especies de drago, el común (Dracaena draco) y el drago de Gran Canaria (Dracaena tamaranae), que vive en la vertiente sur de la isla. El drago común es una especie muy difundida en jardinería. No obstante se conocen solo dos ejemplares naturales, uno en el Barranco de Pino Gordo, que falleció en 2009 y el segundo y único actualmente vivo, el del Barranco Alonso. Esto le confiere más relevancia aún a este símbolo natural de nuestro municipio.
Afortunadamente, la abundante presencia de dragos cultivados está propiciando que los pájaros dispersen sus semillas, por lo que es de esperar que en el futuro vuelvan a ser abundantes en nuestras laderas y barrancos.
El Drago del Barranco Alonso no sufre afortunadamente ninguna amenaza. Por ello no precisa tampoco de medidas específicas de protección. El abandono de la actividad agrícola no le ha influido, hecho que es preciso resaltar, pues si este drago ha alcanzado las dimensiones que presenta actualmente, se debe sin duda al aporte extra de agua, procedente de los cultivos adyacentes. Suele ser muy común, que especies silvestres que proliferan en los márgenes de cultivos, vean mermada su vitalidad al ser abandonados éstos. Nos debe de llenar de satisfacción que nuestro drago emblemático haya superado este difícil trance sin ninguna dificultad y nos engalane el paisaje con su incomparable impronta.
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