Artículo seleccionado por Ando Sataute
Topónimo aborigen con el que se conoce el cauce medio y bajo del gran barranco que llega hasta la Ciudad para desaguar entre los barrios de Triana y Vegueta. Es un topónimo que hace referencia a aguas corrientes. En concreto, el científico austriaco Dominik Josef Wölfe (1888-1963), autor de Monumenta Linguae Canariae, cree estar seguro de su ascendencia bereber, y aporta dos posibles significados: «allí en el mismo nivel» o «aquello en el mismo nivel del mar«, expresiones que semánticamente podrían referirse al nivel de las aguas.
Con dicho topónimo se conoce el barranco desde su desembocadura hasta cuando penetra en el territorio administrativo de Santa Brígida, diviéndose tres barrancos importantes: de la Angostura, de Alonso y de Santa Brígida.
Meandros del Guiniguada (AA.VV. La Piconera)
Frontera entre los dos guanartematos de la isla, este barranco era una puerta natural y un pasillo hacia el interior. Por allí se retiraron los aborígenes canarios tras intentar abortar la fortificación de los invasores en la batalla del Guiniguada. Posteriormente, junto a las aguas de este «río», se asentó el Real de Las Palmas, que pasó en poco tiempo de ser un campamento guerrero a convertirse en una floreciente villa.
Agustín Millares narra el primer enfrentamiento bélico entre las tropas de Juan Rejón y los aborígenes, basándose en la crónica del conquistador:
«… Diósele el mando de las tropas a Doramas, el cual las dividió en dos cuerpos, confiando uno a Adargoma y otro a Maninidra, guerreros ambos de justa y merecida fama…», lo que luego daría lugar a la conocida como la Batalla del Guiniguada, que narra así: «… Al día siguiente, 29 de junio (1478), desde que el sol asomó por el horizonte, los canarios, divididos como ya hemos dicho en dos cuerpos, bajaron con rapidez por las montañas de San Francisco y de San Juan, y se dispusieron a atacar el Real de Las Palmas…», de donde los canarios se retiran rechazados por los castellanos.
Acueducto del Dragonal (Bloomy)
«…En esta primera batalla quedaron muertos treinta isleños, y heridos un gran número, de los cuales perecieron la mayor parte por no saber curarse. De los españoles sólo murieron siete, quedando veintiséis heridos…».
A finales del siglo XV se efectuaron los primeros repartos de agua y tierras en los márgenes del Guiniguada. Entre 1485 y 1489 resultaron beneficiados el Gobernador Pedro de Vera, con tierras en la margen derecha del barranco; el Alférez Mayor Alonso Jaimez de Soto Mayor, con tierras y agua en la margen izquierda; y Juan de Siberio, con un pedazo de tierra junto al mismo. Posteriormente, tuvo lugar la apertura de minas y acequias, y la tala de los bosques del Monte Lentiscal.
La abundancia de agua en diferentes años (Fedac)
Pedro de Vera trajo de las islas de Madeira tallos de caña dulce y construyó un primer ingenio junto a San Roque, iniciándose así la progresiva transformación del territorio de esta cuenca. Con el transcurso del tiempo, más de la mitad del territorio de la cuenca del Guiniguada ha sido cultivada, en su mayor parte mediante el sistema de terrazas.
En el siglo XVII, una actividad importante vinculada al curso del agua es la de los molinos, casi todos localizados en los márgenes del barranco Guiniguada, que fueron acaparados por los miembros más destacados de la comunidad, según dice la fuente consultada. Su número se presupone que fue suficiente para el abastecimiento de harina y gofio para los vecinos de la Ciudad. Para aumentar su producción, la gran mayoría fue sometida a ampliaciones y mejoras en sus piedras de molienda y mecanismos.
Cauce medio en 1905 (Da Luz Perestello – Fedac)
La energía hidráulica del barranco se utilizó también más tarde para mover las máquinas bataneras. Estos molinos sufrirán las crecidas del barranco que obligan a sus propietarios a realizar las obras de reposición. En 1669, el oficial de cantero Bartolomé de Sosa se compromete a restaurar «… un cubo de molino viejo en el Barranco de Las Palmas que se lo llevó la avenida de 1615. Lo arreglará de cantería y cal además de la casa junto a éste. Su propietario, el clérigo Francisco Bravo, le entregará al finalizar la obra 28 800 maravedís».
En el siglo siguiente, muchos todavía se mantenían productivos. Juan González Travieso, Familiar del Santo Oficio de la Inquisición, y Ana Suárez Fleitas, en su escritura testamentaria de 8 de abril de 1763, dicen poseer dos molinos en el lugar: «Molino harinero con máquina de agua denominado de “Padilla” en el Barranco Guiniguada con dos estancias para la máquina y habitación del molinero» y «Molino harinero con máquina de agua denominado “Caja del Agua del Repartimiento” en dicho Barranco con dos estancias», propiedades que, tras la división de los bienes vinculados el 27 de mayo de 1864, pasarán a sus sucesores.
Cauce bajo (Gevic)
También, tras la desamortización de los bienes eclesiásticos, entre los que estaban los pertenecientes a los Comunales de la Catedral, el 4 de octubre de 1856, se vendió a Juan Hernández Talavera un «Cercado de tierra en el Barranco Guiniguada con medio día de agua del Heredamiento de Triana», por el precio de 60 600 reales de vellón.
La cuenca del barranco, aguas arriba comenzando por la desembocadura, recibe por su margen derecha su primer afluente frente a San Roque llamado Barranco Seco, que junto con su tributario el Barranco de La Laja, drenan el suelo desde las vertientes orientales del Pico de Bandama.
El lecho del Guiniguada en su tramo inferior es sinuoso, aunque sus márgenes, principalmente la izquierda, son escarpadas. No recibe hasta pasada Tafira más tributarios salvo alguna torrentera que se precipita a sus lados. Frente a Tafira Alta la cuenca presenta su mínima anchura de algo más de un kilómetro. Al nivel de los Llanos de María Rivero recibe un tributario importante, también por su margen derecha llamado el barranco del Colegio o de Siete Puertas que desciende desde La Florida.
La polinimia del Cauce del Guiniguada. El trazado es meramente ilustrativo.
La cuenca del Guiniguada tiene una superficie de setenta y dos kilómetros hasta sus cabeceras que alcanzan alturas de 1.850 metros sobre el nivel del mar. En cuanto a las alteraciones en su cauce natural, el desaparecido geólogo Telesforo Bravo sostenía que «… La cuenca del Barranco Guiniguada en su tercio inferior presenta anomalías, ya que fue obligado a abandonar su primitivo cauce (el Barranco de Gonzalo) cuando tuvo lugar la erupción del Volcán de Tafira que lo taponó. El nuevo recorrido lo desvió hacia la actual área urbana de Las Palmas.
También este barranco fue obstruido (aguas arriba) por la erupción (muy reciente y casi histórica) situada entre Monte Lentiscal y Siete Puertas. Los materiales emitidos formaron un “dique” originándose un embalse natural, hasta que una vez relleno de sedimentos, cortó y corrió por sobre una colada de 70 metros de espesor con grandes “peñones” a la deriva en su superficie. En un pozo de investigación de aguas subterráneas, se hallaron maderas y huesos de cabra…».
A partir de Santa Brígida son tres barrancos con nombres distintos los que confluyen en el Guiniguada que se nutren de las aguas procedentes de cabeceras cumbreras que van desde la Hoya del Gamonal hasta Ariñez, con multitud de topónimos para sus afluentes tributarios.
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)
Publicado por Humberto Pérez
Fuente: Mi Gran Canaria
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