Rita Camacho.
Como muchos de ustedes sabrán, transitar por Santa Brígida en muchas ocasiones suele ser una actividad de alto riesgo, pues nuestro municipio carece de una red peatonal y ciclable que garantice no sólo la seguridad del peatón sino también el uso y disfrute del paisaje que nos rodea. Éste último, en muchas ocasiones, está dotado de verdaderos iconos patrimoniales, a los que muchas veces no les damos el valor que se merecen, e incluso, desconocemos.
El amplio abanico de posibilidades que albergan las áreas rurales hace que, en ANDO Sataute, nos hayamos propuesto abrir las veredas históricas por su alto valor funcional y cultural. Los numerosos caminos y senderos que posee nuestro municipio, la mayoría de titularidad pública, desempeñaron un papel significativo en la interacción con otros espacios y en la actualidad constituyen uno de los testimonios más valiosos de las formas de organización territorial de nuestro pasado. El declive de gran parte de los sistemas agrarios tradicionales y nuestros modos de vida, donde la mayoría nos hemos acostumbrado a ir de un lado a otro en coche, han dado paso al abandono de esta red peatonal. Partiendo de la importancia que tiene este viario para la ciudadanía, el objetivo principal que tiene el colectivo ciudadano ANDO Sataute es recuperarlo y volver a ponerlos en activo no sólo para los habitantes de Santa Brígida sino también para todos sus visitantes. Además, el reconocimiento de la riqueza de los bienes patrimoniales que albergan nuestros campos y la revalorización turística de estos espacios, permiten concebir el patrimonio rural como un auténtico recurso turístico. Nos hemos propuesto a corto, medio y largo plazo, recuperar y volver a trazar la red de senderos que posee nuestro municipio.
Una vez realizada la base de datos de todos los itinerarios registrados en Santa Brígida, el siguiente paso es la convocatoria de jornadas para supervisar el estado de estos trazados. Por eso, el pasado sábado día 8 de agosto, miembros de la Comisión de Caminos y Senderos de ANDO Sataute junto con un grupo de amigos y simpatizantes comenzamos la primera jornada de estas convocatorias. Apoyándonos en esta iniciativa estaban algunos miembros de Tu destino rural. La ruta que realizamos se inició en Tenteniguada, siguiendo en coche la carretera secundaria de desviación hacia la izquierda, una vez pasado el casco de San Mateo. En esa vía dejamos atrás una antigua escuela unitaria en medio de un entorno rural. Antes de llegar, en una curva que divide las cuencas de Santa Brígida y Telde empezamos a caminar hasta encontrarnos por el sendero que viene de Valsequillo a Santa Brígida.


Andando nos encontramos a la izquierda del camino un hábitat abandonado que representaba un conjunto etnográfico de cuevas en torno a un patio dejando de manifiesto la evolución de la cueva-casa. Entre 1480 y 1850 el hábitat troglodita fue residencia de casi un 10% de la población, siendo un indicador de las formas de antropización del territorio. La necesidad hizo que la cueva primitiva se agrandara para convertirse en cueva-casa apareciendo así una arquitectura de sustracción que ha pervivido hasta nuestros días. También hubo cabida para la casa-cueva donde a aquellos huecos naturales se le añadieron hacia el exterior pequeñas construcciones. Ahora tan sólo queda los vestigios de una ruina romántica donde de nuevo la naturaleza se apodera de esta arquitectura. (Imágenes: izquierda y superior).
Más adelante nos desviamos hacia la izquierda para comenzar la parte más complicada del camino. El descenso fue un poco difícil, ya que el sendero se encontraba en mal estado debido a la flora asilvestrada que había crecido en estos últimos meses. (En la imagen derecha, se muestra a los senderistas caminando por una zona de helechos que verifican la gran humedad que hay en la zona).
Por el camino nos tropezamos con algunas cuevas que actualmente son aprovechadas para guardar el rebaño. Las cuevas que se encuentran repartidas por nuestro municipio, han experimentado diversas
formas de uso en función de su emplazamiento, de las características sociales y económicas del propietario y de su vinculación con el mundo aborigen. Por eso, la arquitectura troglodita, ha ido consolidando el reconocimiento de su valor natural, arqueológico, histórico, estético, social, económico, etnográfico y antropológico. (Imagen superior).
Bajo la amenaza de tormenta, continuamos andando; algunos tramos estaban bastante definidos por lo que el trayecto se hizo más ameno. A lo largo del camino la cultura del mundo rural seguía haciendo acto de presencia; por allí nos encontramos con algunas huertas cultivadas en plena ladera de barranco por la calidad que presentaba la tierra y los recursos hídricos de la zona. A media mañana nos tomamos unas copas de vino en la casa de nuestro amigo Fernando Hernández, en pleno Barranco de La Cruz donde hicimos un pequeño receso antes de continuar con nuestra ruta. (Imagen inferior).

Muy a nuestro pesar nos despedimos de Fernando, con quien pasamos un rato muy agradable y continuamos por un camino de cemento hasta el Barranco de las Goteras. Por allí, en plena ladera, nos encontramos con un conjunto de arquitectura típica canaria con la casa separada de los alpendres y con unas zonas de cultivo. Precisamente este tipo de construcción tradicional es una de las principales fortalezas del patrimonio cultural de la Villa vinculada a las áreas de cultivo con unos materiales y un modo de construir ligados al suelo dando paso a un “estilo”[1] canario. (Imagen siguiente).

Un poco más hacia arriba se encontraba otra de las escuelas unitarias que pertenece a la zona del Gamonal Alto. Estas escuelas junto con el modelo educativo que presentan, forman parte de la identidad cultural de los distintos barrios del municipio.
Una vez pasamos esta edificación nos encontramos con
las cantoneras de la Cruz del Gamonal, testimonio de nuestro rico patrimonio hidráulico y relacionado con la explotación agrícola. Este tipo de construcciones nos permite comprender mejor el entorno en función de sus bienes y valores patrimoniales que se han ido gestando a lo largo de la historia de nuestro municipio.
Continuamos nuestra ruta dejando atrás y a la derecha el Bar Restaurante Bernardino. En esta ocasión el sendero estaba perfectamente transitable hasta llegar a una bifurcación donde pudimos disfrutar de las preciosas vistas del famoso acueducto del Gamonal, heredero también de nuestra cultura del agua. En pleno cauce del barranco su función era transportar el agua de la Comunidad de Regantes de Tafira.
Finalmente, seguimos nuestro camino hacia la derecha por la calzada hasta llegar al Gamonal Bajo desde donde se puede visualizar a la derecha la Quinta Médica de Reposo asumiendo referencias formales de la arquitectura tradicional inglesa de época victoriana (imágenes inferiores) pudiendo divisar desde la carretera el casco de Santa Brígida.
¡Seguimos andando!
Para saber más:
- V.V.A.A.: El patrimonio troglodítico de Gran Canaria: Edita: Asociación Insular de Desarrollo Rural de Gran Canaria. Primera Edición: Septiembre 2008. Gran Canaria. España. ISBN: 978-84-612- 5566-5 Depósito legal: GC- 678-2008.
[1] Cito la palabra estilo entre comillas porque la arquitectura tradicional canaria no se concibe per sé como una cuestión de estilos sino de funcionalidad.
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