El día 17 de mayo, la Caravana Arcoíris que promueve Gamá (la asociación LGTBI de Gran Canaria), llegó a Santa Brígida, y allí estuvimos para recibirla, escuchar sus demandas, y conmemorar con ellos/as el día de la lgtifobia, o lo que es lo mismo, el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia, la Bifobia y la Intersexualidad.
Un 17 de mayo, hace más de 20 años, se eliminó la homosexualidad de las listas de enfermedades mentales en los manuales de psiquiatría por parte de la OMS (Organización Mundial de la Salud). Los manuales de psiquiatría han sido durante décadas una herramienta de trabajo básica para psiquiatras, psicólogos/as y otros trabajadores de ese campo, al ordenar y nombrar las distintas enfermedades mentales. Por tanto, conmemorábamos ayer la posibilidad que tiene cualquier ser humano de amar a otra persona de su mismo sexo sin ser considerado por ello un enfermo mental, al igual que se conmemoraba la posibilidad de no considerar enferma mental a una persona porque precise cambiar la identidad sexual asignada.
La despatologización de la diversidad sexual no ha sido fácil. En 1952 se publicó la primera edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), de la Asociación de Psiquiatría Americana (APA). El Manual incluyó a la homosexualidad como una categoría que proponía una supuesta conexión entre la esta orientación sexual y algunas formas de desajuste psicológico, y la idea que era necesariamente el síntoma de una enfermedad mental. En la segunda versión de este manual (DSM-II), publicada en 1973, se eliminó la homosexualidad como categoría diagnóstica de la sección de “Desviaciones Sexuales”. En 1980, la tercera edición (DSM-III), incluyó el diagnóstico de “Homosexualidad Egodistónica”, refiriéndose al persistente e intenso malestar sobre la orientación sexual propia. Este último diagnóstico fue definitivamente eliminado en 1986 de la versión revisada de esa misma publicación (DSM-III R), reiterado en el año 1994 en la cuarta edición (DSM-IV) y en el año 2000, en la versión revisada de la misma edición (DSM-IV TR). En la actualidad, la APA cataloga el persistente e intenso malestar sobre la orientación sexual propia, en heterosexuales y homosexuales, como uno de los llamados “trastornos sexuales no especificados“.

Eucalipto Arcoíris plantado el el arboreto de la finca El Galeón
Anteriormente, en 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se avino a excluir la homosexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud (OMS, 1992). Así, la décima versión de esta clasificación (C.I.E.-10), eliminó definitivamente a la homosexualidad de sus manuales. Iniciativa seguida por gobiernos y organizaciones científicas de países del Norte, como la mencionada Asociación de Psiquiatría Americana.
Por otra parte, la transexualidad no es recogida como tal en los manuales, desde 2012, en el Manual de psiquiatría (DSM-5), si bien aún se etiqueta como “disforia de género», aludiendo a la angustia que sufre la persona que no está identificada con su sexo masculino o femenino.
En los últimos años se han registrado muchos avances en España, recogidos en la normativa, como la inclusión de artículos en algunos estatutos de autonomía sobre la no discriminación por orientación sexual e identidad de género, el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo o una nueva denominación registral para personas transexuales. Sin embargo, la igualdad no se ha conseguido plenamente. En el Estado español son muchísimos los casos de discriminación hacia el colectivo LGTBI. En el mundo, como señala Amnistía Internacional (2015), el colectivo LGBTI es a menudo objeto de violencia, acoso, detenciones arbitrarias, detenciones ilegítimas, encarcelamiento y torturas. Varios países imponen aún la pena de muerte por las relaciones consentidas entre personas del mismo sexo y existe el riesgo de que esta pena se introduzca en otros.
Ando Sataute apoya a las personas LGTBI en la defensa de la igualdad social y jurídica del hecho homosexual, bisexual, transexual e intersexual, y cree en la necesidad de trabajar juntos en la erradicación de toda discriminación por motivos de orientación o identidad sexual en todos los ámbitos, como son el social, el educativo, el de los medios de comunicación, o el laboral, en nuestro territorio y en el mundo.

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